sábado, 26 de noviembre de 2011

Un simple "hola" cruzado con ella me cambió el mundo.

Tenerla a más de 700 kilometros y aún asi, saber que ella es especial. Que siempre estará ahi. Que siempre te dejará su hombro para llorar. Que siempre reirá contigo todas tus paranoias y gilipolleces. Que siempre te querrá.
Esta gran niña que ha aprendido a aguantarme, algo que no muchos hacen. Que ha sufrido mi bordería, mi egoismo, mis grandisimos celos, mis manias, mis cambios bipolares instantaneos y mis ataques de locura.
Que con ella vivo momentazos inolvidables, de esos que siempre quedarán en el corazón aunque ya tengas tus ochenta añitos.
Con ella he aprendido a vivir el momento y no tener que preocuparme por el futuro, a que las segundas y terceras oportunidades existen, a que pase lo que pase siempre la tendré para todo, que las botellas lloran, a espiar rumanos y que los productores de la pantera rosa son muy vagos.
Gracias por esos ataques de risa, por esos viajes en bicicleta hasta las Omañas/Mataluenga/Villaviciosa/Llamas, por esos baños en el rio helado, por esos nombres en clave que nos inventabamos y sobretodo, por esos chachi momentos.
Que si, que la quiero muchisimo a esta niña tan chachi que es muy importante en mi vida, que es imprescindible.
Y esos mometazos en los que descubres que odiais mutuamente a la misma persona, en los que vuesros gustos coinciden y en los que parece que pensais lo mismo y os completais las frases.
Mi niña chachi, te amo muchisimo.

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