- Dime algo bonito.
+ No sé, ahora no se me ocurre nada.
- Venga por favor, tampoco te pido tanto.
+ Bueno puedo intentarlo. Te quiero. Para mi eso es bonito.
- Podrías currartelo más.

+ Te quiero a mi lado. Te quiero mía. Te quiero siempre. Te quiero aquí.
Te quiero cuando no te entiendo, cuando me gritas, cuando me dan ganas
de odiarte porque no soporto las discusiones, me dan ganas de odiarte,
pero es imposible porque te quiero. Te quiero cuando me abres la puerta
recién levantada, con tus pelos de bruja, tus ojeras y tu rimel corrido.
Te quiero cuando me acusas de pelota, o me peleas por decirte lo guapa
que eres, te quiero aún más cuando lo niegas. Te quiero cuando me dices
piropos, o en medio de un conversación te pones a cantar sin sentido. Te
quiero cuando me besas y no paras de reír. Te quiero cuando haces la
payasa. Te quiero cuando te caes y ríes cuando tienes tantas ganas de
llorar que tus ojos se enrojecen. Te quiero cuando me preguntas que que
tal estoy, justo el día que no todo es perfecto, te quiero por saberlo
solo con una mirada. Te quiero así. A lo mejor no es la mejor forma de
querer, a lo mejor no soy el más indicado para quererte, pero te quiero
con todos mis fuerzas.
- Ohh, yo también te quiero. ¿Y sabes que?
+ ¿Qué?
- Lo perfecto se hace insignificante en comparación contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario